En una sesión, la persona que va a recibir Janzu se introduce en el agua acompañada por un especialista. Su nariz queda tapada por un clip para evitar que el agua entre en ella. Sostenida como un bebé, cierra sus ojos y se entrega a a una danza de movimientos suaves y cíclicos que el terapeuta realiza y que nos va liberando tensiones y bloqueos.
Janzu utiliza al cuerpo físico como vía de entrada al cuerpo emocional, mental y energético. El trabajo en el agua despierta la memoria antigua impresa en nuestras células, re-conectándonos con el feto que fuimos y recordándonos nuestra esencia de seres acuáticos: fluir, soltar, abandonar el control, confiar.
Una experiencia de renacimiento que le aporta bienestar a todos nuestros cuerpos: físico, emocional, mental y espiritual.
Ofrecemos terapias, cursos, talleres y capacitaciones.
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